Un hombre que se dice trans de la región francesa de Maine-et-Loire ha recibido una indemnización de 7.000 euros después de que un tribunal determinara que había sido víctima de “discriminación por razón de género” por parte de su antiguo empleador.
Syntia Dersoir, de 22 años, había presentado una queja contra la franquicia de McDonald’s en la que trabajaba después de que la dirección se refiriera a él por su nombre legal masculino y le pidiera que se quitara el maquillaje que usaba en el trabajo.
Dersoir comenzó a trabajar en el McDonald’s de Segré-en-Anjou Bleu en septiembre de 2022. Fue contratado con su nombre de nacimiento y, por aquel entonces, estaba legalmente registrado como hombre. A principios de 2023, comenzó a ponerse maquillaje y pechos postizos para trabajar y, en la primavera de 2023, consiguió una modificación de sus documentos de identidad.
Dersoir alegó que la discriminación se produjo a lo largo de varias semanas en 2023, cuando empezó a llevar tetas postizas y maquillaje al trabajo. La dirección de la franquicia de McDonald’s donde trabajaba continuó refiriéndose a él por el nombre con el que había sido contratado, su nombre masculino, a pesar de sus solicitudes de que lo llamaran por su nombre femenino preferido.
El hombre también alegó que la dirección había pedido a otros miembros del personal que también se refirieran a él por su nombre masculino.
Según su demanda judicial, Dersoir contó que durante un turno, cuando tenía puesto pintalabios, un encargado le pidió que se marchara o que fuera a una tienda cercana a comprar desmaquillante. En marzo de 2023, Dersoir obtuvo una nota de su médico que le permitía pedir la baja por enfermedad, alegando el estrés que sufría por la discriminación de la que había sido objeto.
Dersoir presentó una queja ante la Inspección de Trabajo francesa, y la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), un conglomerado de sindicatos nacionales, le proporcionó un abogado. También presentó una denuncia penal contra la dirección del McDonald’s donde trabajaba.
En respuesta a las acusaciones, el abogado que representa a McDonald’s, Maître Pascal Landais, afirmó que la dirección sólo le había pedido a Dersoir que siguiera la política de maquillaje en el lugar de trabajo que se aplicaba a todo el personal.
“Le pedimos que bajara el tono de su maquillaje, no que se lo quitara”, aclaró. La política de McDonald’s establecía que todos los empleados debían usar “maquillaje ligero y discreto” sólo por motivos de uniformidad e higiene.
Los medios de comunicación franceses han publicado artículos favorables a Dersoir, presentándolo como víctima de discriminación. Algunos medios critican a los directivos de la cadena de comida rápida, que utiliza en el país el eslogan “ven como eres”. Un medio sugirió que los jefes de Dersoir habían “pisoteado” el mensaje del eslogan y son “culpables de acoso moral y discriminación”.
El 24 de junio, el tribunal laboral de Angers falló a favor de Dersoir, ordenando a la franquicia a pagarle 7.000 euros en concepto de indemnización. El abogado de Dersoir se mostró entusiasmado con el veredicto, señalando que sentaba un precedente y que ahora otras “víctimas” podrían presentarse.
“En cuanto se condena a una marca… necesariamente se provoca un debate. Esta es la primera vez que se condena a McDonald’s, una empresa que se presenta a sí misma como del lado de la tolerancia, precisamente por lo contrario”, dijo el abogado.
Charlotte Duval, secretaria general adjunta del Sindicato de Servicios de Maine-et-Loire, elogió de manera similar la decisión, declarando: “Esta sentencia es muy positiva… es el reconocimiento de la victimización [de Dersoir]. También puede abrir la puerta a que otras personas que están viviendo este tipo de situación hablen de ello”.
Dersoir es, de hecho, el segundo hombre que se dice trans en Europa que emprende acciones legales contra un McDonald’s local por “discriminación por razón de género”; el otro incidente ocurrió en Alemania.
Un día después de que Dersoir ganara su caso, un travesti de Berlín compareció ante el Tribunal Laboral de Berlín tras presentar una demanda (artículo en español) contra la franquicia de la Estación Central en la que había estado empleado.
Kylie Divon, de 27 años, pide una indemnización por “discriminación por razón de identidad de género” después de que se le negara el acceso al vestuario reservado a las empleadas.
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